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viernes, 22 de abril de 2011

Conclusión:

¿Quien no se ha sorprendido a si mismo cometiendo una acción vil por la única razón de que sabe que no debería cometerla?
¿No tenemos una inclinación constante, a despecho de nuestro buen juicio, a violar la ley, simplemente porque comprendemos que es ley?